Dice Victoria Sau que el Crimen de la madre es el gran secreto de la Humanidad.Creo que después de 4000 años de matricidio (más o menos, según los sitios), lasmujeres hemos empezado a tomar en nuestras manos la recuperación de la maternidad.La sociedad patriarcal se levantó sometiendo a la mujer, privándola de sus deseos einstitucionalizando (Adrianne Rich) una maternidad corrompida. Una maternidad a laque se le sustrajo el impulso de la libido y se la desvinculó de la sexualidad, haciendofuncionar la fisiología del aparato reproductor de la mujer de manera robotizada, sindeseo ni placer (Merelo-Barberá).En general, nuestra sociedad se construyó sobre un tabú sobre el sexo que acabó con lasexualidad espontánea, para a continuación ordenar una sexualidad falocéntrica (yfalocrática); esta ordenación patriarcal de la sexualidad suprimió de manera específica,toda la sexualidad no falocéntrica de la mujer, incluida la sexualidad vinculada a lamaternidad. Freud lo resumió asegurando que sólo había un sexo y que la mujer era unvarón castrado (no creo que nadie haya descrito de manera tan cruda la devastación dela mujer y el vacío de maternidad). Simbólicamente, la serpiente que durante milenioshabía representado la sexualidad y la libido de la mujer, se convierte en el demonio, enel peor de los males posibles, y las primeras leyes sobre la propiedad y la paternidadadoptiva se graban sobre un falo de basalto de más de dos metros de alto (1850 a.c) quese conserva en el Museo del Louvre.Nuestra libido, nuestros deseos profundos se codifican en términos exclusivamentefalocéntricos, y las otras eróticas desaparecen.El deseo del cuerpo a cuerpo con la madre, la pulsión vital básica humana porexcelencia, fue codificado como coital y falocéntrico; fue calumniado, insultado,condenado a los infiernos, desterrado al Hades y enterrado con todo el peso del tabú delincesto; y al mismo tiempo se inventó la lascivia femenina, y se calumnió, se insultó, secondenó y se enterró, con todo el peso de la Ley encima, la percepción misma de laverdad de nuestros cuerpos y de la función benefactora de su libido. La verdad de loque somos las mujeres quedó fuera de nuestra imaginación. Porque al negársenos elcuerpo materno-y su deseo- se nos niega la conciencia de nuestro propio cuerpo –y denuestros deseos- (Luce Irigaray); es una violencia interiorizada que niega nuestraspulsiones corporales para contemplarnos a través de ese filtro que es la miradafalocéntrica del hombre (Lea Melandri). El orden falocrático inconscientementeasumido, codifica el deseo, despieza nuestros cuerpos, apaga nuestras pulsiones, mata ala madre. En la superficie aflora la sin razón, la locura (L.Irigaray), la violencia; pordebajo, subyace el vacío de maternidad (V.Sau).Las mujeres fuimos privadas de nuestros deseos, de nuestros espacios, delreconocimiento social de nuestra sexualidad específica, de nuestra existencia comomujeres, de la maternidad impulsada por el deseo y el placer. Las danzas del vientre,los baños compartidos, desaparecieron. La mujer se hizo esclava del señor, se cubrió detúnicas para ocultar la sensualidad de su cuerpo.Ser esclava ante todo significa dejar de vivir en función del deseo para sobrevivir enfunción de la necesidad, en las condiciones impuestas por la autoridad competente. ‘Elhombre te dominará’, ‘parirás con dolor’ y ‘pondré enemistad entre ti y la serpiente’...así resume el Génesis la nueva civilización que se levanta contra las sociedadesmaternales (Bachofen), matrifocales, vertebradas desde la díada madre-criatura (MarthaMoia), en la abundancia de la líbido materna y de su función social benefactora. Lamujer viviendo sin deseo, su cuerpo violado, engendra, gesta y pare sin deseo, condolor. El útero en lugar de relajarse, distenderse y abrirse tiernamente y con suavidad,con lentos latidos de placer, lo hace con espasmos violentos y dolorosos calambres delos músculos contraídos (Leboyer). La mujer desconectada de su serpiente, pare condolor, generación tras generación, y se desconecta de los deseos de sus criaturas; sevuelve madre patriarcal capaz de reprimirlas y de escuchar su llanto sin conmoverse.Las criaturas humanas hemos sido privadas del más elemental de los derechos: el detener madre. Todas (prácticamente) hemos carecido del cuerpo a cuerpo con la madre,del contacto piel con piel con la madre, de la sexualidad básica de nuestra vida, dondese cargan las pilas y se organiza todo el desarrollo ontogénico. Esto ha sidocomprobado recientemente por la neurofisiología (Nils Bergman...): lo han llamado‘survival mode’: nos desarrollamos en un estado de supervivencia, que no es el propiode nuestra condición humana. Al quitarnos la madre, nos cortan las raíces de la vida,como a los bonsais. El matricidio biológicamente es una alternación profunda delecosistema básico de la vida humana, que tiene por objeto impedir el desarrollo de lascriaturas humanas según su deseo de bienestar y de complacencia, y poder socializarlassegún la Ley del Padre.Decía Amparo Moreno que “sin una madre patriarcal que inculque a las criaturas ‘loque no debe ser’ desde su más tierna infancia, que bloquee su capacidad erótico-vital yla canalice hacia ‘lo que debe ser’, no podría operar la Ley del Padre que simboliza ydesarrolla de una forma ya más minuciosa ’lo que debe ser’”.San Agustín lo dijo de una manera muy sucinta: “dadme otras madres y os daré otromundo”. Un mundo con falsas madres. En verdad, como dice Victoria Sau, todas ytodos hemos sido huérfanos de madre.
La recuperación de la maternidad
Durante muchos decenios las mujeres hemos luchado por recuperar la dignidad, y dejarde ser socialmente inferiores o sometidas. Hemos rechazado la maternidad patriarcal,que nos esclavizaba y nos encadenaba a la tarea de reproducir y socializar a las criaturasconforme a la Ley del Padre, tal como decía A.Moreno. Aunque todavía tenemosmucha sociedad patriarcal interiorizada inconscientemente, la recuperación de estemínimo de dignidad, nos ha permitido vivir de otra manera la experiencia de lamaternidad (Adrienne Rich).Como el mismo Freud reconoció, ‘el continente negro inexplorado’ sigue estando ahí, ylos vientres todavía palpitan; socialmente fuimos vencidas, pero, en la sombra de lacultura, nuestros cuerpos y su libido permanecieron. La experiencia de la maternidadconvulsiona nuestros cuerpos y hace latir el útero; y desde ese pedazo de dignidadrecuperada, recuperamos retazos de la sexualidad perdida, algún atisbo de la mujerprohibida y de la madre entrañable desterrada en el Hades. Después de haber sidosocializadas gen-erizada-mente, nos desconstruímos para vivir gen-eros-a-mente (IsabelAler)La experiencia de la maternidad desde la dignidad recuperada, produce y recuperatambién el deseo materno (el ‘mutterlich’ de Bachofen). Hoy las cienciasexperimentales han venido a corroborar la correlación entre deseo y fisiología, entreprivación de la sexualidad y parto con dolor, entre privación de placer y la violencia queasola el mundo; entre el Poder y el sufrimiento humano.En lo que alcanzo a ver, creo que las mujeres hemos empezado a tomar en nuestrasmanos la recuperación de la maternidad. Nuestros hermanos nos ayudan. Nuevosarturos se tatúan serpientes en las muñecas y se niegan a bajar el estandarte del dragón.Y aunque la transición sea lenta, y la Santa Inquisición todavía queme algunas brujas,ni Hércules ni Perseo; ni San Jorge, ni San Patricio, ni la Virgen María ni el ArcángelSan Miguel podrán volver a aplastar la serpiente, al menos de una manera tan tajante ytan definitiva como en los comienzos. La conquista de la cuota de dignidad alcanzadapor el feminismo es irreversible; y la in-dignación nos ha permitido tocar fondo ennuestro cuerpo, despertar sus pulsiones y su libido, recuperar la fuerza del deseomaterno. El deseo materno nos impide mantener los ojos cerrados, porque necesitamosun mundo habitable para nuestros hijos e hijas.
Primo que te veo menos que a los billetes de...bueno que a cualquier billete. Te he concedido el premio limonada ¿que que es el premio limonada? pues una cosa estupenda para tener una excusa para no trabajar y estar un rato en internet. Bueno, que lo disfrutes.
1 comentario:
Primo que te veo menos que a los billetes de...bueno que a cualquier billete. Te he concedido el premio limonada ¿que que es el premio limonada? pues una cosa estupenda para tener una excusa para no trabajar y estar un rato en internet. Bueno, que lo disfrutes.
Salut
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